domingo, 11 de julio de 2010

Sed rota

Mi vida era otra, ayudé a desvestir llanto. Me acordé de alguien que nunca me tocó nada, o quizá agua y cosquillas. La sed rota la lengua paladar. Se quebró, todo eso se quebró: lo que se fue. Hasta la hamacas me tambalean en los rincones donde se seca la vida se descorcha se hace bola para masticar. Me llovieron los pies de tanta sequía, no hay metáfora, hay espanto. Y aunque siempre hay probabilidades de que sea otro día, un pedazo de río a lo lejos, una porción de olfato, da la mismo.