martes, 9 de marzo de 2010

Siempre que me siento mal...

No quiero pensar en eso, es totalmente inútil, yo te dije, Faulkner dijo, yo fui Faulkner, te dije: si hubiera un infierno más allá de ese: nuestra limpia llama nosotros dos más que muertos. Entonces sólo me tendrías a mí entonces sólo los dos entre las gentes que nos señalan el horror más allá de la llama clara. Eso te dije, te diría si pudiera decirte algo. No quiero ver, el mundo no es de los que ven, le dije, y él me dijo el mundo no es nada, sólo ilusiones, yo le dije, hasta dónde, me contestó, desde los sueños, por debajo, pasando los pies, le dije que eso no era posible, que el dolor es desde el cuerpo y más allá del cuerpo, eso es realidad, él me dijo que yo era un gusano, un puto gusano revolcándose en el barro, lo agarré del saco, se le arrugó, la cara también se le arrugó y le dije que se callara o le iba a demostrar lo que es el mundo. Me sentí mal y siempre que me siento mal... te dije, te nombré aquel infierno, si yo pudiera decirte lo incómodo de la noche, quedan las tardes en un miserable borde, pero no pude nunca pude decirte nada, tal vez porque las cosas me obligaron a esto, las sombras decidieron esto, pero la sangre al saber tu nombre corre como ríos yo estoy acá yo estoy acá yo estoy acá. Me seco los ojos con la manga te arranco los ojos, me digo callate o te los arranco, no se puede andar por la vida cerrando canillas.

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